75 años después del Desembarco de Normandía, ha realizado la misma acción que cuando contaba con 20 años y militaba en el ejército de Inglaterra.
A los 94 años de edad Harry ha vuelto a saltar en paracaídas en la playa donde cientos de personas perdieron la vida en la decisiva batalla, definitiva para el término de la II Guerra Mundial.
En el día D Harry fue lanzado junto con sus compañeros de forma precipitadas en una zona inundada por los alemanes, que acabaron con la vida de 200 de sus compañeros. El veterano de guerra afirmó en The Guardian que “es una estupidez hacerlo a mi edad, los hombres mayores no hacen saltos en paracaídas”, pero él es diferente y siente que la adrenalina del salto puede llegar a enganchar y más si lleva implícito la celebración de un día que marco el resto de los suyos: “Pensaré en mis compañeros que murieron”
Harry es un tatarabuelo que vive la tranquilidad de la vejez en Bournemouth, al sur de Inglaterra y aún cuenta a sus nietos las historias de aquellos años en los que formaba parte de la 3ª Brigada de Paracaidistas. La historia del día D es la más apasionante entre sus recuerdos, pero también el día más fatídico que recuerda. Rememora cómo los oficiales antes del salto se sinceraron con ellos y le dijeron que “esperamos un 50% de bajas durante el aterrizaje. Fue muy sombrío, siendo jóvenes pensábamos que éramos inmortales. Va a pasar, pero no a mí, pero los números son 50% en tu contra”.
El hoy veterano afirma que en el momento del salto estaba lleno de “adrenalina. Pudimos ver este magnífico despliegue de fuegos artificiales delante de nosotros, excepto que no fue fuegos artificiales. Volamos en esta terrible situación. Apenas pudimos mantener nuestros asientos. Estábamos rebotando aquí, allá y en todas partes. Podríamos ver las balas trazadoras. Su Dakota dio un súbito giro hacia la derecha. Ahora se da cuenta de que había sido alcanzado”
Saltó en la oscuridad de la noche de las 00:50 del día D, delante de ellos un avión incendiado y las luces del fuego enemigo era lo único por lo que se podía guiar. Finalmente cayó en una trinchera enemiga donde pasó horas, arrastrándose por un pantano.
75 años después de aquella noche interminable, Harry quiere honrar a aquellos jóvenes que dieron su vida y qué mejor forma que saltando de nuevo, una caída que nada tendrá que ver con la de aquél día D.