Las urnas han abierto a las 06.00 de la mañana y la votación durará hasta las 18.00 horas. Se espera que los resultados extraoficiales comiencen a aparecer esta noche, a la espera de un recuento final que se hará público en los próximos días.
A pesar de un nuevo sistema electoral que favorecería, en principio, la fragmentación, el panorama general podría no variar de forma significativa tras las elecciones, ya que el equilibrio entre el partido Al Mustaqbal (Futuro), liderado por el primer ministro, Saad Hariri, y el partido-milicia chií Hezbolá, encabezado por Hasán Nasralá, podría mantenerse y derivar en un nuevo Gobierno de unidad en el que participen ambos.
En cualquier caso, la dinámica electoral y la nueva legislación podrían reforzar el surgimiento de partidos hasta ahora con poco peso en el país, como el Partido Comunista, que en las municipales de 2016 logró imponerse en varias localidades del sur del país, tradicionalmente un bastión de Hezbolá.
Una rápida implementación del Gobierno tranquilizaría a los inversores sobre la estabilidad económica de Líbano después de que los acreedores internacionales prometieran 11.000 de dólares en "préstamos blandos" a cambio de reformas fiscales. La primera reunión de seguimiento se espera dentro de semanas.
Líbano tiene una de las proporciones más desequilibradas del mundo en cuanto a deuda y PIB, y el Fondo Monetario Internacional ha advertido en varias ocasiones de que su trayectoria fiscal es insostenible.