"Estaba grabando un vídeo y sacando fotos, al igual que hacía la mayoría del público en la sala, cuando alguien me agarró por detrás para quitarme la cámara. "Me han empezado a pegar puñetazos y patadas, me han escupido y me han lanzado insultos", dijo Parreño. Parreño explicó que recibió patadas, un puñetazo que le rompió las gafas, le escupieron y también sufrió alguna pedrada en el exterior del tribunal, aunque añadió que se encuentra bien, así como ha confirmado el ministerio de Exteriores.
El cónsul de Casablanca, Carlos de Lojendio, ha llegado al tribunal para interesarse por el estado de los periodistas agredidos, así como de los observadores internacionales (entre ellos varios españoles) que se encontraban en la sala para presenciar la vista.
En las últimas semanas, los corresponsales españoles en Marruecos han sido objeto de duras críticas por parte de autoridades y medios de comunicación marroquíes por lo que consideran una cobertura "parcial" del conflicto en Sahara Occidental.
"Las declaraciones han exaltado los ánimos de los ciudadanos marroquíes", manifestó González, quien opinó que los hechos también reflejan que la "libertad de prensa no se respeta" en Marruecos.
"Las declaraciones del ministro marroquí pusieron en tela de juicio la credibilidad y el rigor de los periodistas españoles en Marruecos", dijo González.
Agentes de la Policía marroquí sacaron a Parreño de la sala para protegerlo de los golpes, y lo trasladaron a otras dependencias del tribunal, de donde ya ha salido.
Por su parte, Marín fue trasladado también por agentes de Policía a otra instancia del tribunal, donde fue retenido durante más de una hora, en la que se le obligó a borrar las fotos que había sacado y le tomaron declaración, según relató él mismo a Efe poco después de ser puesto en libertad.
Uno de ellos, el magistrado Javier Martín, indicó que "la vista ha sido lamentable", en referencia a los actos de violencia entre los fiscales y otros abogados marroquíes presentes y los observadores, periodistas y activistas saharauis.
La Policía también requisó seis o siete cámaras de observadores internacionales para borrar las fotos que estos habían hecho de los incidentes, señaló a Efe el abogado español Luis Mangrané.
En la sala, llena a rebosar con unas 200 personas, partidarios de la marroquinidad del Sahara agitaban banderas de su país, retratos del rey Mohamed VI y libros de historia mientras gritaban consignas como "Queremos Ceuta y Melilla" o "Viva el País Vasco".
Vista suspendida
Tras el enorme revuelo causado por la agresión y por los enfrentamientos entre pro marroquíes y simpatizantes saharauis, el tribunal decidió suspender la vista contra los activistas, acusados de "atentar contra la seguridad del Estado", hasta el 14 de diciembre.
El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Taib Fasi Fihri, acusó el miércoles en Madrid a la prensa española de distorsionar la realidad de su país y del contencioso sobre el Sahara Occidental, en lugar de hacerse eco de las buenas relaciones con España.
Sospechas de la FAPE
Las recientes críticas del ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Taib Fasib Fihri, a la prensa española "han sido el caldo de cultivo" de la agresión, indicó la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González.
La FAPE pidió a la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, que eleve una protesta por los hechos y añadió que estudia la posibilidad de presentarla también ante el Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores.
Radio Televisión Española (RTVE) indicó al respecto en un comunicado que el ejercicio del periodismo independiente "debe seguir siendo el motor de esta empresa y de la profesión". IM/IUL