Todo iba bien hasta que Johanne Kitchen susurró a su pareja mientras hacían el amor "Chris, más rápido". Lo que ocurrió a continuación fue una espiral de locura que terminó con un sangriento asesinato. Gary Higgs, compañero sentimental de Johanne, se puso muy ansioso, preguntando sin cesar por qué había pronunciado ese nombre. Una conducta a la que la propia Johanne no encontró explicación ninguna: según ella, la única posibilidad era que se hubiera acordado del novio de su hija Rebeca. Esto no contribuyó a calmar las ansias de su enfurecida pareja: "¿Por qué tiene que acordarse del novio de su hija cuando hace el amor conmigo?"
El diario The Sun, en un conciso reportaje, informa de que Johanne tenía mucho contacto con su hija y con los amigos de su hija, tanto que todos la llamaban "mamá". Precisamente la noche antes había acercado a su hija y al novio de esta en coche a su casa. Pudo tratarse de una casualidad, pero los motivos que la llevaron al lapsus son irrelevantes comparados con las definitivas consecuencias de este.
El propio Higgs, que se enfrenta a una condena de cárcel de por vida tras declararse culpable de asesinato, no se lo explica muy bien: "Bajé a hacerme un café y todo ocurrió muy rápido, en seguida la había apuñalado en la espalda y, mientras ella decía "no me has entendido bien, Gary", la acuchillé también en el pecho".
Al parecer, la pareja vivía del sueldo de la asesinada, y, según los vecinos y conocidos, mantenía una buena relación. La familia de Joanne está destrozada y recuerda la bondad de su familiar: "Nada volverá a ser como antes".