El líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, estuvo muy implicado en la dirección de las actividades de la red terrorista durante la última etapa de su vida, según se extrae de la información obtenida en el complejo donde se ocultaba y que recogen fuentes del Gobierno estadounidense.
Éstas precisan que la información procede de documentos, ordenadores y teléfonos móviles. Pese a no haber contado con presencia pública en los últimos años, Bin Laden no tenía problemas para dirigir a los terroristas. Los materiales hallados muestran "claramente" que Bin Laden era todavía "un líder activo de su organización, y daba directrices estratégicas, operativas y tácticas", según uno de estos informantes anónimos. Un informante matiza que se desconoce si el propio dirigente islamista hizo uso de estos artilugios de comunicación.
Tanto el dirigente terrorista como sus seguidores seguían estando muy interesados en atentar contra infraestructuras en Estados Unidos. Así, se ha sabido que habían meditado la posibilidad de atacar la red ferroviaria en torno al 11 de septiembre de 2011, el décimo aniversario de los atentados.
No obstante, algunos funcionarios mantienen que dichos planes se conocían desde febrero de 2010, y añaden que no hay señal que apunte a que dicha operación hubiera entrado en la fase de organización. De todos modos las autoridades llegaron a informar a las agencias pertinentes del corredor ferroviario Nueva York-Washington para que aumentaran las medidas de seguridad.
Durante los meses de seguimiento que llevó a cabo la CIA desde las inmediaciones del complejo fue imposible tomar alguna imagen o grabación sonora de Bin Laden. Sin embargo, sí pudieron fotografiar y seguir las comunicaciones del resto de habitantes de la casa.