El último ataque de Boko Haram en Níger provoca 50.000 desplazados, según ACNUR

EUROPA PRESS 07/06/2016 17:18

Según las últimas informaciones oficiales de este lunes, Boko Haram se ha hecho con el control de Bosso, localidad que había atacado el viernes pero de la que había sido expulsado por tropas nigerinas y nigerianas.

El portavoz de ACNUR, Adrian Edwards, ha reconocido que la situación en Bosso, que se encuentra en la región de Diffa, no está clara. "No estamos trabajando en Bosso de forma directa desde febrero de 2015, cuando la insurgencia se extendió de Nigeria a Níger", ha precisado en rueda de prensa en Ginebra.

Según ha explicado, la agencia de la ONU está trabajando con las autoridades y sus socios para coordinar una respuesta a este desplazamiento y esta misma semana ACNUR enviará un equipo de emergencias a Diffa.

Unas 50.000 personas huyeron tras el ataque del viernes, en su mayoría a pie hacia el oeste hasta Toumour, a unos 30 kilómetros al oeste de Bosso. Muchos están traumatizados y temen por su seguridad, ha explicado ACNUR en un comunicado. Actualmente, estas personas están durmiendo al raso y necesitan urgentemente cobijo y otra asistencia.

Algunos de los desplazados han seguido más allá de Toumour y se dirigen hacia la ciudad de Diffa, situada a unos 140 kilómetros al oeste de Bosso y al noroeste hacia Kabelawa, donde el campamento para desplazados internos está al límite de su capacidad, con unas 10.000 personas.

"El bienestar de estas personas y de otras obligadas a huir de la violencia en Bosso es motivo de gran preocupación", ha reconocido Edwards.

"La inseguridad y la falta de acceso han lastrado desde hace tiempo las labores humanitarias en algunas zonas de la región de Diffa, aunque Bosso es la única zona en la que no realizamos proyectos de forma directa", ha explicado el portavoz.

Según las estimaciones de ACNUR, hay unas 240.000 personas desplazadas en Diffa, entre refugiados nigerianos, desplazados internos y nigerinos que vivían en Nigeria y han regresado a su país. Antes del último ataque en Bosso, uno de cada tres habitantes de la región estaba desplazados forzosamente.