Millones de chilenos no han dormido. Todo un país pendiente del mayor terremoto desde 2010. La alerta llegaba a los móviles sin tiempo para nada miles de chilenos salían a la calle con lo puesto. Ha ocurrido bajo el mar a 80 kilómetros de la costa por lo que todas las miradas se han dirigido hacia el océano, esperando un tsunami. Pero tras una ola alta de más de dos metros, se ha levantado la alerta. Se ha sentido sobre todo en el norte. El mismo desconcierto en los países vecinos. En Bolivia, las mismas carreras las mismas caras de preocupación. En la imagen de ordenador se ve el recorrido de las olas mar adentro, unas horas después habían cruzado medio oceano y dentro de un rato llegarán a Nueva Zelanda y al resto de Oceania. A diferencia de los huracanes los terremotos no tienen nombre pero no se olvidará. 2.500 casas dañadas y destrozos como los de pesqueros, inservibles. Todo perdido en segundos.