A la joven denunciante se le fue confiscado el teléfono móvil por estar utilizándolo al inicio de una clase. El profesor decidió retirarle el aparato y fue después cuando el director de la escuela curioseó entre los mensajes de texto, correos electrónicos y fotografías de la chica, encontrando imágenes explícitas que ésta se habría tomado la noche anterior para enviar a su novio. En un comunicado, la demandante asegura que "estaba absolutamente horrorizada y humillada" al saber que sus imágenes habían sido vistas por terceros.
El veredicto, según publica el Daily Mail, se ha tomado como una victoria para los jóvenes, que sienten que sus derehos de 'sexting' deben ser respetados, porque registrar un móvil es como hugar en un bolso o leer correspondencia ajena.