"El sospechoso ha sido detenido. Según los primeros datos, el asesinato no estuvo motivado por cuestiones políticas. Se ha revelado que el sospechoso había estado recibiendo tratamiento por desórdenes psicológicos. Se está llevando a cabo una investigación", dijo el gobernador.
Durante una misa celebrada hace dos días en la Iglesia Católica Asiria, el obispo condenó un acto terrorista cometido el lunes pasado en Iskenderun (la ciudad donde ha sido asesinado) en el que murieron seis soldados turcos.
El obispo italiano era el vicario apostólico de la Iglesia Católica en Anatolia, un cargo creado hace diez años y que cubre casi la mitad del territorio de Turquía, desde el Mar Negro al Mediterráneo. En la provincia turca de Hatay hay una pequeña comunidad cristiana que vive de forma pacífica con la mayoría musulmana, y es especialmente importante en la tradición cristiana porque es el lugar donde por vez primera se definió como cristianos a los seguidores de Jesús.
Padovese había descrito Iskenderun como un crisol de diferentes culturas y religiones y había afirmado que la apertura de la Iglesia Católica Asiria demostraba la importancia que conceden la Constitución y el Estado urcos a la libertad de credo.
En Hatay viven unos 2.000 cristianos ortodoxos griegos, cien católicos y varias decenas de judíos. Muchos de sus habitantes musulmanes son alevíes, que pertenecen a una rama más liberal del islam.
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