Fariñas: "Continúo hasta las últimas consecuencias"

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 04/03/2010 00:00

"Voy a seguir mi ayuno. Esto es una protesta, no es un suicidio. Continúo hasta las últimas consecuencias", ha declarado el sicólogo y periodista de 48 años, tras regresar a su casa de Santa Clara, ciudad del centro de la isla.

Explica que tiene tres objetivos: el primero, "que no quede impune" lo que ha llamado "asesinato" de Orlando Zapata, reconocido como preso de conciencia por Amnistía Internacional, que murió el 23 de febrero pasado en La Habana tras 85 días en huelga de hambre, según denuncias de la familia y la oposición.

"Segundo, que sean puestos en libertad con una licencia extra-penal los 26 presos políticos que los médicos del ministerio del Interior han considerado que pueden recibirla", y, tercero que "si el gobierno de los hermanos (Fidel y Raúl) Castro determina que yo debo morir, lo haré para demostrar al pueblo que lo que ocurrió con Zapata no es una singularidad", ha dicho.

"Sentí un dolor muy fuerte en el pecho"

Fariñas y su médico particular, Ismeli Iglesias, han relatado que el huelguista volvió a casa tras pasar por dos hospitales de Santa Clara en los que le inyectaron en la carótida suero, glucosa, dextrosa y otros azúcares que lo sacaron del colapso hipoglucémico.

"Sentí un dolor muy fuerte en el pecho y perdí el conocimiento", explica Fariñas. En el primer hospital, un centro oncológico, una doctora le dijo que tenía "un colapso venoso total", por lo que fue necesario ponerle el catéter en la carótida para hidratarlo y alimentarlo.

En el segundo, un hospital provincial, le hicieron exámenes clínicos y le aplicaron más sueros, dextrosa y glucosa. "Cuando estaba hidratado", cuenta Fariñas, "el director del hospital, Elvis Jiménez, dijo a mi mamá (la enfermera Alicia Hernández) que la terapia intensiva no estaba allá para ayunantes contrarrevolucionarios, sino para revolucionarios y ciudadanos que no estuvieran para desestabilizar la revolución".

"No quieren que muera en una institución del Estado"

El opositor afirma que estaba dispuesto a quedarse en terapia intensiva, pero no en una sala común, por lo cual decidió que le quitaran el catéter y volvió a su casa. "Me hubiera quedado en terapia intensiva, pero pienso que el gobierno cubano no desea que yo muera en un hospital. Me mandaron de regreso para que fallezca en mi casa y no en una institución del Estado", afirma.

"Todo el mundo me ha pedido que no continúe la huelga, incluidos los exiliados, pero yo hago responsable al gobierno cubano de todo lo que me pueda acontecer", sentencia.

Lucha por los derechos

Fariñas, que aún está "muy débil" pero consciente, comenzó su protesta para pedir la libertad de aproximadamente 200 presos políticos cubanos (según la oposición) y había reiterado en los últimos días que sólo sería hospitalizado cuando perdiera el conocimiento.

El martes, no obstante, insistió en que abandonasen su ayuno los opositores presos que iniciaron huelgas de hambre tras la muerte de Orlando Zapata, calificado como preso de conciencia por Amnistía Internacional. "Pedí a todos los que están en prisión que dejaran las huelgas porque los que tenemos que hacer huelga somos los que estamos en la calle para que ellos salgan", explicó Fariñas. BQM