Fritzl pide ayuda económica a su hija Elisabeth para pagar a sus abogados

INFORMATIVOS TELECINCO 16/02/2010 09:07

Josef Fritzl, de 74 años, encerró y violó a su hija Elisabeth, de 43, en el sótano de su casa durante 24 años. Fruto de esas relaciones nacieron siete hijos. Fue cuando uno de ellos enfermó que la policía descubrió el calvario de la mujer.

Ahora, Fritzl le ha escrito a Elisabeth en reiteradas ocasiones para pedirle ayuda económica. Asegura que necesita dinero para pagar a su abogado. Ella nunca ha contestado a su padre y carcelero. Él le pide para comenzar a preparar su defensa 4.000 euros.

El monstruo de Amstetten dice en sus escritos que ni siquiera tiene para comprar un champú especial que necesita para su cabello implantado.

Elisabeth Fritzl intenta ahora rehacer su vida junto a los seis hijos, fruto del incesto, que sobrevivieron. Uno de los niños murió a los tres días de nacer. Su padre se encuentra cumpliendo cadena perpetua por violación y la muerte del séptimo niño.

Fritzl fue condenado en marzo del apasado años. Desde su celda del psiquiátrico de máxima seguridad de Stein. Con sus cartas busca el perdón, la comprensión y el dinero de Elisabeth y muestra su esperanza de que algún día podrá volver con su esposa Rosemarie.

El monstruo y su mujer criaron a tres de los seis hijos de Elisabeth. Él explicó que eran los hijos que Elisabeth había abandonado antes de unirse a una secta.

Rosemarie quedó rota al conocer lo que su marido había hecho con su hija. Ahora vive en un pequeño apartamento en Linz, alejada también de Elisabeth con la que tuvo problemas cuando esta fue liberada.

Elisabeth nunca comprendió que su madre viviera tan tranquila en la casa familiar sin enterarse de nada cuando ella fue raptada. Rosemarie visita a los niños a menudo y la relación con ellos es cordial.

Mientras tanto, Fritzl vive casi aislado en su celda las 24 horas del día. Los reclusos muestran su odio hacia él y sufre continuas amenazas. Los médicos descartan que pueda suicidarse aunque aseguran que su estado de salud se deteriora.

Ha sido la hermanastra del monstruo la que ha hecho pública las cartas. En ellas no muestra de arrepentimiento.

A Elisabeth le gusta ir de compras y, tras aprobar el carné de conducir, espera poder comprarse pronto un coche. Intenta recuperar el tiempo perdido. Se muestra muy orgullosa de sus hijos. Los seis van a la escuela y son buenos estudiantes. Vive con una ayuda estatal del 57.000 euros.

EBP