La regla, en vigor desde junio de 2012 para los países de la UE que deciden sumarse a ella, permite a las parejas elegir el país cuya legislación regirá su proceso de divorcio o de separación legal. En caso de que no haya acuerdo entre los dos miembros de la pareja, será un juez quien lo decida.
Esta normativa no tiene efecto alguno sobre las legislaciones nacionales sobre matrimonio y divorcio, ni prevé la aplicación de nuevas reglas que afecten al derecho de familia en los Estados miembros, según ha aclarado Bruselas.
La vicepresidenta del Ejecutivo comunitario y responsable de Justicia, Viviane Reding, ha celebrado que un Estado miembro más se sume a esta norma, porque, "dado que la libertad de movimiento en la UE permite a hombres y mujeres formar pareja en cualquier lugar de Europa, debemos darles seguridad jurídica en caso de divorcio".
Grecia entra así a forma parte de un grupo de países que también forman Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, España, Francia, Hungría, Italia, Letonia, Luxemburgo, Malta, Portugal, Rumanía y Eslovenia.