Los pasajeros, la mayoría de los cuales son turistas franceses volviendo a casa desde Fez (Marruecos), se han negado a abandonar la aeronave.
"El piloto se fue y dejó la puerta del avión abierta", ha declarado Reda Yahiyaoui, un empresario que volaba con su mujer y sus hijos, de dos meses y tres años.
Además, según su declaración, durante el vuelo, no había agua en el avión y los lavabos del avión estaban cerrados.
El vuelo ha salido desde Marruecos con tres horas de retraso y no ha podido aterrizar en el aeropuerto de Paris Beauvais, por lo que ha sido desviado a Lieja, a unos 300 kilómetros de distancia.
El personal de cabina ha intentado persuadir a los pasajeros de que abandonaran el avión ya que la aerolínea iba a poner un autobús a su disposición para llevarles a Paris.
Intervención policial
El jefe de comunicación de la compañía irlandesa, Stephen McNamara, ha afirmado que el personal de la aerolínea sólo abandonó la nave cuando los pasajeros se amotinaron.
"Debido a las inclemencias del tiempo (densa niebla) sobre el aeropuerto de Paris Beauvais, cuatro de los vuelos de Ryanair se han visto obligados a aterrizar en Lieja", ha declarado.
"La mayoría de los pasajeros siguieron las instrucciones de la tripulación de cabina y desembarcaron pero en un vuelo no lo hicieron y han tenido que ser echados por la policía aereoportuaria".
La realidad, es que no es la primera vez que se organiza un motín a bordo de un avión de esta compañía.
RSO