Mugabe corta el pastel de su 85 años cumpleaños y seguirá confiscando fincas

EFE 28/02/2009 17:00

Esta es la primera vez, desde que en 1980 el país se independizó del Reino Unido, que Mugabe, que cumplió años el pasado 21 de febrero, celebra su fastuosa fiesta sin tener el poder absoluto del país, pues hace dos semanas se vio obligado a formar un Gobierno de unidad nacional con el opositor Morgan Tsvangirai.

Mientras la ONU calcula que siete de los doce millones de habitantes de Zimbabue precisarán ayuda alimentaria este año para sobrevivir, el partido de Mugabe, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), dijo ayer que la fiesta costaría 250.000 dólares, aunque los medios oficiales redujeron hoy la cifra a 10.000.

Tsvangirai, que en principio había dicho que acudiría a la celebración, cuyo dispendio ha causado escándalo y polémica en la actual situación del país, no estuvo en la fiesta, según dijo a Efe uno de sus ayudantes, que precisó que era "un acto de partido de la ZANU-PF, no un acto de Estado".

Con traje gris y pañuelo rojo de la ZANU-PF, Mugabe, acompañado por su esposa Grace y dos de sus tres hijos, recorrió la alfombra roja colocada en los jardines de la Universidad de Chinhoyi, para dirigirse a los dos grandes pasteles decorados con los colores de la bandera de Zimbabue dispuestos para la fiesta.

Después de que el gobernante cortará la tarta, en la que se leía "larga vida a Mugabe", camareros elegantemente uniformados y enguantados la repartieron a los invitados, mientras unos coros, que estaban ocultos, cantaban el Cumpleaños Feliz y varios grupos de danza entretenían a la concurrencia.

La epidemia de cólera que ha afectados en los últimos meses a más de 83.000 zimbabuenses y causado cerca de 4.000 muertes no estuvo ente los temas del discurso de Mugabe, quien, tras limpiarse las manos con una servilleta de té tras comerse su rebanada de tarta, arremetió contra los granjeros blancos.

Mugabe calificó de "sinsentido" la resolución del tribunal de la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC), a la que pertenece Zimbabue, que ha considerado ilegales las confiscaciones de fincas a 70 granjeros blancos que recurrieron a esta instancia.

"Los granjeros que tuvieron esas tierras ahora asignadas a otras personas deben respetar la ley y abandonar esas granjas", dijo Mugabe, sin atender a la decisión del tribunal internacional, que es preceptiva para Zimbabue.

"Tenemos tribunales aquí, en el país, que pueden determinar los derechos del pueblo, dijo el presidente, en contradicción directa con una orden del primer ministro Tsvangirai, que esta semana ordenó el fin de las confiscaciones.

En las pasadas dos semanas, cerca de ochenta granjeros blancos han sido desalojados de sus tierras en una nueva ofensiva por parte de funcionarios de la ZANU-PF y agentes de Policía al servicio del régimen de Mugabe, con lo que ya quedan apenas 300, de los 4.000 que había hace diez años, en posesión de sus fincas.

La caótica reforma agraria iniciada por Mugabe hace una década ha sido la causa de que el país haya caído en la miseria, con falta de alimentos y otros suministros básicos, una inflación en niveles astronómicos y un desempleo del 94 por ciento, según organismos de la ONU.

Mientras el país pide miles de millones de dólares a la comunidad internacional para su reconstrucción, en su fiesta Mugabe dijo que "unidos (en el Gobierno de coalición) en el esfuerzo, sabremos dar un cambio considerable a nuestra economía".

La presencia de los partidarios de Mugabe en el Gobierno ha hecho que se mantengan las reticencias de la comunidad internacional y de diversos países, como los de la Unión Europea y Estados Unidos que mantienen sanciones a miembros de su régimen.

Sus vecinos de África Meridional han asegurado que buscarán fondos para la reconstrucción del país, pero no han garantizado cantidades y, ayer mismo, la ministra sudafricana de Asuntos Exteriores dijo que comprobarán que el dinero se usa realmente y de modo adecuado para los fines señalados.