El ataque contra una casa de huéspedes de la ONU en el que murieron cinco trabajadores ha sido la gota que ha colmado el vaso. Las Naciones Unidas han confirmado este jueves que va a comenzar la evacuación de cientos de sus trabajadores en la zona tras recrudecimiento de la violencia talibán.
Aleem Siddique, portavoz de Naciones Unidas, asegura que se va a recolocar a cerca de seiscientos de los mil empleados de la ONU que hay en la zona, aunque no ha confirmado ni el lugar de destino ni el número excato de los que van a ser evacuados. Al parecer, algunos van a ser trasladados a zonas más seguras dentro de Afganistán, y otros van a abandonar el país.
"No nos vamos a ningún sitio. Llevamos más de medio siglo en Afganistán y los programas continúan. Evidentemente los recientes acontecimientos trágicos nos fuerzan a revisar la seguridad", aseguró el portavoz.
En un comunicado, la ONU ha indicado que el organismo está "dando pasos adicionales para reducir los riesgos de su personal nacional e internacional" en Afganistán.
En la sede de las Naciones Unidas, la portavoz del organismo, Michele Montás, manifestó el miércoles que los responsables de seguridad revisarían todos los aspectos relacionados con las medidas de protección con las que cuenta la organización mundial en el país asiático.
"La misión de la ONU está examinando los mecanismos de seguridad en Kabul y otras partes del país, con el objeto de reforzar la protección de las instalaciones de las Naciones Unidas y sus casas de huéspedes", ha declarado Montás en una rueda de prensa.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se reunió el lunes con el presidente electo, Hamid Karzai, en Kabul y le pidió que las fuerzas de seguridad afganas contribuyan a incrementar la seguridad las instalaciones de la organización