Once muertos en una emboscada a un convoy oficial en el norte de Yemen

AGENCIA EFE 16/07/2010 09:12

Aunque el Ministerio del Interior responsabilizó del ataque a rebeldes chiíes del norte del país conocidos como "hutíes", los insurgentes desmintieron hoy cualquier vinculación con el incidente, que atribuyeron a luchas tribales en la zona.

En la caravana de vehículos atacados viajaban miembros de tribus próximas al Gobierno de Saná. El convoy transportaba alimentos para la provincia norteña de Saada.

El comunicado del Ministerio del Interior agregó que los atacantes, que sospecha son insurgentes "hutíes", acribillaron a balazos al convoy después de cerrarle el paso.

También afirmó que este ataque tiene como objetivo perjudicar los esfuerzos para conseguir la paz en la provincia de Saada, donde operan los rebeldes "hutíes".

Pero en un comunicado difundido en un sitio de internet que suelen utilizar para dar cuenta de sus operaciones, los insurgentes yemeníes negaron haber tendido esa emboscada y acusaron de difamación al Ministerio del Interior.

Según el portavoz de ese grupo, Deifalá al Shami, el ataque se produjo en el marco de diferencias tribales en esa zona del país y puede estar vinculado a una venganza entre grupos rivales.

Al Shami también dijo que los responsables del ataque pueden ser "comerciantes de la guerra" interesados en que se reanuden las hostilidades en esa región.

Estos insurgentes aceptaron un alto el fuego propuesto por el Gobierno de Saná el 31 de enero pasado, pero después de eso se han registrado varios incidentes armados en el norte del país, por donde se movilizan los rebeldes "hutíes".

El conflicto armado entre los "hutíes" y el régimen yemení se remonta a 2004 y desde entonces ha habido enfrentamientos intermitentes entre ambos bandos, con períodos intermedios de tregua.

El 11 de agosto del año pasado, el Ejército yemení lanzó una ofensiva por tierra y aire para aplastar a los insurgentes que derivó en unos combates en los que se implicó Arabia Saudí y que causaron centenares de muertos y miles de desplazados.

En repetidas ocasiones el Gobierno de Saná ha acusado a los "hutíes" de no cumplir con sus compromisos para abandonar los reductos situados en zonas montañosas próximas a la frontera con Arabia Saudí y que están bajo control rebelde.

Las autoridades acusan a los insurgentes de intentar reestablecer una monarquía que estaba vigente en esa región hasta la revolución de 1962. Los rebeldes pertenecen a la secta Zaidi, una de las más moderadas entre los chiíes.