Pasa siete meses sin comer por una rara enfermedad que confundieron con bulimia

INFORMATIVOS TELECINCO 02/09/2010 19:03

(Gentrie durante su estancia en un hospital donde tenía que ser alimentada por vía intravenosa. Debajo, una foto tras la operación en la que le implantaron el bypass)

Un psiquiatra llegó a decirles a los padres de Gentrie que su hija sufría un trastorno de la alimentación, para probarlo le dijo que cada vez que comiera tendría un premio, pero las cosas no eran tan sencillas.

La adolescente insistía en que quería comer y hasta el olor le aumentaba el apetito, pero solo un bocado la hacía vomitar.

"Fue aplastante, porque yo quería estar bien y ser feliz, pero todos me decían que tenía un trastorno alimentario, aunque yo sabía que no era así".

Gentrie pasó meses enteros ingresada, fue sometida a numerosas pruebas hasta que finalmente fue diagnosticada correctamente.

La estadounidense sufría gastroparesia, una enfermedad rara que paraliza el estómago. Eso era precisamente lo que le ocurría, su estómago era incapaz de procesar los alimentos y la comida no tenía adonde ir, por eso los vomitaba.

La vida de Gentrie se volvió un infierno, tuvo que dejar el baile, su afición, de salir con sus amigos y hasta de ir a la escuela. No tenía fuerzas ni para mantenerse en pie, por los constantes dolores y vómitos que llegaron a ser 10 o 15 veces al día.

Los padres cuentan que las cenas y las grandes comidas en familia desaparecieron porque no querían hacer sufrir a su hija, incapaz de ingerir nada. Comían en restaurantes o preparaban bocadillos para que el olor no torturara a Gentrie.

El día en que su hija fue diagnosticada fue "un día feliz y triste", contó Kathy Ann Hansen. "Estás muy contenta de que exista algo para seguir adelante y tratas de entender, pero al mismo tiempo te das cuenta de que es una enfermedad de por vida, incurable."

Sin embargo, no se rindieron y se pusieron en contacto con un hospital de Ohio que trataba la gastroparesia implantando un bypass en el estómago del paciente. No había garantías, pero era la única opción.

Después de llevar más de un mes con el bypass, Gentrie pudo consumir sus primeros alimentos, líquidos, sopa de pollo con fideos, politos y algunas frutas.

La chica sabe que tendrá que llevar el dispositivo insertado en su estómago de por vida, y que nunca podrá comer la cantidad de lo que come una persona normal, pero se adapta y se conforma.

Los médicos no saben exactamente qué causa la gastroparesia, la respuesta en el caso dee Gentrie es que algún tipo de virus afectó a los nervios que controlan la función de su estómago.