Tras las duras críticas por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el ministro ruso de exteriores, Sergei Lavrov, ha culpado a los rebeldes sirios de las muertes en la zona.
Cuando los ecos de esta matanza aún resuenan, el ejército siria llevaba a cabo nuevas acciones militares con numerosas bajas en la región de Hama y en otros puntos del país, según fuentes opositoras.
Para intentar poner fin a esta ola de violencia, ha llegado a la capital siria, Damasco, Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas y la Liga Árabe quien, nada más atarrizar se ha mostrado, "sorprendido y horrorizado por los trágicos acontecimientos de hace dos días".
Además, el diplomático, ha instado al régimen de Bashar Asad a "adoptar pasos efectivos para demostrar que es serio en su intención de resolver la crisis siria pacíficamente".
Annan también ha pedido a las partes enfrentadas que "que ayuden a crear un contexto correcto para un proceso político creíble" y ha aprovechado su presencia en el país para dirigirse a los familiares de las víctimas de estas matanzas a las que ha expresado sus "profundas condolencias.