Un activista egipcio denuncia que el Ejército ha secuestrado la revolución

EUROPA PRESS 02/11/2011 14:49

Alaa Abdel Fatá, uno de los activistas más destacados durante las movilizaciones contra el régimen de Hosni Mubarak y recientemente detenido por denunciar la represión de la manifestación de los cristianos coptos del pasado 9 de octubre, ha denunciado desde la cárcel, a través de una carta, que la revolución ha sido secuestrada por el Ejército.

La carta, escrita en la prisión del barrio cairota de Bab el Jalq, fue entregada el pasado lunes por el propio Abdel Fatá a su esposa Manal Hassan, embarazada, durante la visita que ésta efectuó a la prisión. El texto ha sido publicado en lengua árabe por el diario egipcio 'Al Shuruk' y en inglés por el diario británico 'The Guardian'.

Abdel Fatá fue detenido el pasado domingo después de criticar al Ejército por la muerte de 27 personas durante la manifestación del 9 de octubre, celebrada en El Cairo. Los fiscales militares han acusado al activista de "incitar a la violencia contra el Ejército" y lo han condenado a una pena inicial de quince días de prisión, pero las autoridades tienen competencia para prorrogarla indefinidamente.

En su carta, Abdel Fatá --de 29 años de edad-- recuerda que ya fue encarcelado por el régimen de Mubarak en 2006 y que, por tanto, da la impresión de que han cambiado realmente muy pocas cosas en Egipto a pesar de la revolución que el pasado mes de febrero causó el derrocamiento del antiguo presidente.

"Nunca había esperado que se fuera a repetir mi experiencia de hace cinco años", comienza la carta. "Después de una revolución que ha derrocado a un tirano, he regresado a la cárcel", añadió. En la actualidad, explica la carta, se encuentra en una celda "infectada" de seis por doce metros "junto con otros ocho hombres".

Según 'The Guardian', se estima en 12.000 el número de civiles que han sido procesados por los tribunales militares desde la caída de Mubarak. Muchos de ellos están acusados tanto por delitos comunes como por motivos políticos y las autoridades castrenses les han negado el acceso a los procedimientos habituales de la justicia civil.

HISTORIAS DE TORTURAS

"Los dos primeros días los he pasado oyendo historias de torturas por parte de la Policía", explica Alaa Abdel Fatá. En la carta se hace alusión a Mina Daniel, un activista copto fallecido durante la manifestación del 9 de octubre y que fue acusado posteriormente de incitar a la violencia. "Es la primera vez que los mismos que matan a un hombre no solo acuden a su funeral, sino que escupen su cuerpo y le acusan de un crimen", denuncia.

Abdel Fatá ha conseguido el permiso de las autoridades para difundir y publicar su carta a pesar de la reciente muerte de un prisionero en la prisión de alta seguridad de Tora, en El Cairo, después de intentar introducir una tarjeta SIM de teléfono móvil en su celda. Varios testigos han asegurado que fue torturado.

Amnistía Internacional ha condenado la detención de Abdel Fatá y ha pedido que se ponga fin a los juicios a civiles en tribunales militares. Según la organización, el Ejército tuvo una participación importante "en la violencia que se desencadenó durante las protestas" del 9 de octubre y "también ha encabezado las investigaciones sobre la matanza", lo cual pone en duda "la independencia y la imparcialidad de la investigación".