La pareja ha alquilado una casa en una finca en el sur de la isla, con acceso a una playa privada, en la que pueden escapar de las cámaras, y con vistas al impresionante parque nacional de Snowdonia.
La dirección exacta es un secreto muy bien guardado por sus vecinos. Algunos saben dónde viven pero no lo quieren decir por respeto a la pareja. De hecho, un residente nos asegura que un periódico sensacionalista le ofreció dinero por esa información pero él no aceptó.
Sus vecinos están encantados de que los Duques de Cambridge hayan situado en el mapa este paraíso en el que sólo se escucha el viento, el mar o las ovejas. En esta isla se encuentran alguna de las playas más bonitas del Reino Unido y para aquel que le guste caminar se puede incluso dar la vuelta a Anglesey, gracias a un camino paralelo a la costa.
Puedes tardar una semana, dependiendo de lo rápido que andes, nos asegura un vecino, pero si te paras en todos los pubs que encuentras por el camino puedes tardar un mes.
Una última curiosidad: en Anglesey se encuentra la estación con el nombre más largo del mundo: Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch. Sólo los galeses son capaces de pronunciarlo.