Malala resultó herida el 9 de octubre de 2012 en la cabeza en el ataque contra el vehículo en el que regresaba a su casa de la escuela en Mingora, principal ciudad el valle del Swat, en el noroeste de Pakistán. Una de las balas le entró por encima del ojo izquierdo y le alcanzó la mandíbula, rozando su cerebro.
Durante una conversación por Skype, Ban Ki Moon ha destacado que la activista paquistaní había desarrollado su labor ante unas "circunstancias muy difíciles" y "pagó un precio personal muy alto en ese empeño".
El secretario general de la ONU ha destacado que Malala representa uno de los Objetivos del Milenio para dar educación a todos los menores. Ban Ki Moon ha indicado que "la educación es una parte clave" y que el organismo multilateral debe trabajar por conseguir la educación primaria universal para 2015.
Ban ha añadido que Naciones Unidas celebrará en julio en su sede central de Nueva York el cumpleaños de la activista paquistaní, en un acto especial como homenaje a su labor por la educación igualitaria, según un comunicado de Naciones Unidas
Malala fue traslada a Reino Unido para que se curase de sus heridas y actualmente acude al colegio en este país. Su padre, Ziauddin Yousafzai, fue nombrado agregado cultural en el Consulado paquistaní en Birmingham.