"Todos los que aquí vengan tendrán ocasión de conocer el sacrificio... Aquéllos que perdimos siguen viviendo en nosotros, en las familias que aún los aman", afirmó Obama en la inauguración del museo.
El museo subterráneo es una especie de cripta gigante construida en el lugar de los atentados del 11 de setiembre de 2001.
Estará abierto desde este jueves y durante seis días para los familiares, vecinos y miembros de los equipos de rescate. A partir del 21 de mayo el público en general podrá visitarlo.
"Nada puede quebrarnos, nada puede cambiar lo que somos como estadounidenses", aseguró Obama, quien asitió a la inauguración acompañado por su esposa Michelle y ante miles de invitados, entre ellos autoridades, familiares de víctimas, supervivientes y miembros de los equipos de rescate.
En el espacio se podrán ver cientos de objetos, perteneciente a los fallecidos, a los bomberos, héroes en aquellos días y a muchas personas que participaron en el rescate.
Están expuestos zapatos manchados de sangre, guantes, objetos personales casi calcinados, un camión de bomberos con la escalera completamente deformada, cartas y tantos otros que servirán para recordar el horror del terrorismo.