La Comisión Europea cree que unos tres millones de inmigrantes en busca de protección internacional llegarán a la Unión Europea entre 2015 y 2017, un flujo que Bruselas admite que supera con creces todas las estimaciones, pero que considera beneficioso a largo plazo para la economía europea.
Además, advierte, no todos recibirán el estatus de refugiado, lo que implica que serán devueltos a sus países de origen o de tránsito.
"En total, se espera que lleguen a la Unión Europea tres millones de personas más en el periodo 2015-2017, lo que equivale a un aumento del 0,4 % de la población, teniendo en cuenta que algunos de los demandantes de asilo no recibirán la protección", explica el Ejecutivo comunitario en su informe con las previsiones económicas de invierno que publica este jueves.
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el socialista francés Pierre Moscovici, ha explicado que es difícil predecir con detalle su efecto en la economía europea, pero ha adelantado que las estimaciones de Bruselas consideran una mejora de entre 0,2 y 0,3 % del PIB europeo de aquí a 2017.
"A veces escuchamos en el discurso político un argumento económico subyacente, sobre que el flujo de refugiados tendría un efecto negativo en el crecimiento. Lo que nos muestran los datos y análisis es que más bien habría un efecto favorable, ligeramente positivo", ha indicado en la rueda de prensa en la que ha presentado el informe económico.
El comisario también ha querido dejar claro que este impacto positivo no será posible sin "políticas públicas de "acompañamiento e integración" y que se dejará notar "más" en los países de acogida.
Moscovici ha admitido que la llegada masiva de refugiados a la Unión Europea está teniendo un impacto inmediato en las arcas públicas de los Estados miembros, pero ha considerado que será un coste menor de manera general y ha defendido que se tornará positivo a largo plazo, por ejemplo, por la mano de obra adicional.
Bruselas señala, además, que las consecuencias de la acogida de refugiados será muy distinta entre los Estados miembros, porque no todos soportan la misma presión migratoria y de acogida.
Por ello, no ha descartado que sea un factor tenido en cuenta cuando se examine el cumplimiento de cada país del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aunque ha reiterado que se estudiará "caso por caso" y a sabiendas de que en la mayoría de los casos el impacto en las economías nacionales es residual.