La nueva iniciativa comunitaria pretende contribuir a frenar el abuso en la utilización de antibióticos y la creciente resistencia internacional a los antimicrobianos que, solo en Europa, se cobran la vida de 25.000 personas y tienen un coste de más de 1.500 millones de euros en gastos para los sistemas de salud y en pérdidas de productividad.
Mejorar frente a la resistencia antimicrobiana seguirá siendo una prioridad para la UE más allá de 2016, una de las principales conclusiones del informe publicado este jueves por el Ejecutivo comunitario, en el que evalúa el progreso que se ha hecho en esta área en base al Plan de Acción comunitario.
Éste ha contribuido a promover el uso apropiado de antibióticos en la medicina humana o el proyecto ARPEC, cuyo objetivo es mejorar la calidad en la prescripción de antibióticos a menores.
El Ejecutivo comunitario adoptó en septiembre pasado nuevas normas para reforzar el uso prudente de los antibióticos en relación a las medicinas veterinarias y alimentos medicinales.