La guerra de Siria se acerca a su fin. Unos 800 miembros de la ONG Cascos Blancos, dedicada al rescate de víctimas tras los bombardeos en las zonas rebeldes, han sido evacuados desde el suroeste del país hasta Jordania a través de Israel pero serán llevados a Europa y Norteamérica.
La operación ha sido coordinada por la ONU a petición de Estados Unidos, Canadá, Francia o Reino Unido. Estos países le han pedido a Israel que abriera sus fronteras por el riesgo inminente que corrían las vidas de estos Cascos Blancos, la organización humanitaria que trabaja desde hace años en Siria pero solamente en zonas rebeldes.
A los miembros de la organización y a sus familiares se les han citado a las 23:00 de la noche del sábado 21 de julio en dos puntos distintos en la frontera con Israel. Ahí ha sido donde han entrado en territorio israelí y, posteriormente, se les ha conducido en el más alto secreto en autobuses.
Sin parar el viaje en ningún momento, han sido conducidos directamente a la frontera con Jordania. A las 06:00 del domingo 22 de julio la operación ya había finalizado y se espera que en las próximas horas sean trasladados a Alemania, Reino Unido o Canadá donde, de momento, recibirán asilo temporal.