En lo que se refiere a Hesse, la CDU ha logrado un 38,3 por ciento de los votos, lo que se traduce en 47 de los 110 escaños del parlamento regional, mientras que su socio natural, el Partido Liberal Demócrata (FDP), ha obtenido un 5 por ciento de los votos, la cifra mínima exacta fijada por la legislación para entrar en el Parlamento, y tendrá 6 diputados. En cualquier caso, son 11 puntos menos que en los comicios de 2009.
Así, CDU y FDP suman 53 de los 110 escaños de la cámara regional de Hesse, tres por debajo de la mayoría, mientras que el Partido Social Demócrata (SPD) ha logrado el 30,7 por ciento de los votos (37 asientos), Los Verdes, un 11,1 por ciento (14 escaños) y La Izquierda, 5,2 por ciento (6 diputados). La suma rojo-rojo-verde es de 57 diputados, una clara mayoría, pero el entendimiento entre las tres fuerzas parece complicado.
El líder de la CDU en Hesse, Volker Bouffier, deberá negociar un acuerdo para lograr un gobierno estable y ya ha manifestado su intención de liderar el nuevo ejecutivo. "Somos de largo la potencia más fuerte y también aspiramos a dirigir la política de este estado", ha señalado Bouffier.
Mientras, el portavoz del SPD en el parlamento regional, Thorsten Schaefer-Guembel, ha manifestado que no se conformarán con seguir en la oposición. "Lo decimos muy claramente: queremos crear activamente, no sólo sentarnos y mirar", ha afirmado.
SPD y Los Verdes no suman la mayoría suficiente y durante la campaña Schaefer-Guembel ha descartado como opción política el pacto con La Izquierda, aunque ha admitido que existe esa posibilidad. Desde La Izquierda han manifestado su disposición a "tolerar" un gobierno SPD-Los Verdes en minoría.