Qiu ha subrayado que el plan fue presentado por la Fiscalía Suprema Popular y aprobada por la autoridad central, al tiempo que ha asegurado que el nuevo organismo estará mejor organizado para hacer frente a los casos de mayor relevancia.
China estableció la oficina anticorrupción en 1995 y, tras casi 20 años de actividad, y, según Qiu, ha atravesado dificultades a la hora de hacer frente a las demandas de un mayor trabajo anticorrupción debido a su poca efectividad.
El presidente chino, Xi Jinping, ha hecho de la lucha contra la corrupción, que considera una amenaza para la supervivencia del Partido Comunista, una política básica de su mandato.