El texto está ahora en manos de los gobiernos de los 15 países que deben dar el visto bueno definitivo, aunque las negociaciones han dado como resultado un acuerdo "sustancial".
Si no se presentan objeciones al borrador, el Consejo podría estudiar a lo largo de este miércoles el texto. Desde que se iniciasen las protestas en Siria, el órgano con mayor peso de Naciones Unidas ha guardado silencio por las discrepancias entre varios de sus integrantes. Rusia y China, con derecho de veto, han sido de los más reticentes a este respecto.