En su comunicado, los países miembro del organismo han trasladado sus condolencias a las familias de las víctimas, resaltando que los responsables deben ser llevados ante la justicia.
Asimismo, han expresado su preocupación por las condiciones de seguridad en la zona fronteriza entre ambos países por las operaciones de la secta islamista nigeriana Boko Haram, que en 2015 juró lealtad al grupo yihadista Estado Islámico.
La ONU ha atribuido el ataque a "un grupo armado desconocido", si bien la zona está considerada un bastión de Boko Haram. El grupo ha matado a más de 15.000 personas desde que se levantó en armas en el año 2009.