Se desploma el servicio de paquetería en China por un bulo sobre el coronavirus

  • Los coronavirus no sobreviven más de cinco días fuera de un ser vivo

Lo cierto es que todavía se sabe poco de este virus y se desconoce su tiempo de supervivencia sobre una superficie. Pero sí se conocen bien las características de coronavirus anteriores, como el MERS o el SARS, con los que el surgido en Wuhan está emparentado, y estos pierden su capacidad de infección a las pocas horas de haber salido de un cuerpo. Y más fuera de un laboratorio, donde las condiciones no están controladas.

La Organización Mundial de la Salud lo ha aclarado, junto a otros bulos: “Las personas que reciban paquetes desde China no están en riesgo de contagiarse del 2019nCoV. Gracias a análisis previos, sabemos que los coronavirus no sobreviven mucho tiempo sobre objetos”.

La OMS recuerda que la forma de transmisión habitual del virus es a través de las gotas de saliva que se expulsan al hablar o al toser. De hecho, se desconocen casos de personas que se hayan infectado sin haber estado en contacto directo con un enfermo, y menos por haber recibido envíos desde China.

¿Cinco días de supervivencia?

La CCTV, la televisión nacional china, se hizo eco esta semana de las declaraciones de un médico de la Comisión Nacional de Salud del país en las que afirmaba que el coronavirus sobreviviría un máximo de cinco días sobre una superficie. Jiang Rongmeng, doctor del hospital Ditan de Pekín, aseguró en una rueda de prensa este lunes que el virus, aun así, necesitaría condiciones óptimas de temperatura y humedad.

Aunque esto se terminara por comprobar, hay que tener en cuenta que los virus van perdiendo su capacidad de infección con el paso de las horas. Por lo general, sobreviven más tiempo en superficies lisas e impermeables que en otras porosas. Aun así, la mayoría de los virus conocidos dejan de ser peligrosos a las 24 horas. Y, en el caso de algunos como los de la gripe o el resfriado, la piel es donde menos tiempo aguantan: normalmente apenas 20 minutos.

El Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de la ciudad de Guangzhou comunicó también hace unos días que el análisis de objetos de la casa de uno de los infectados había dado positivo en coronavirus, en especial el pomo de una puerta. Pero, aunque tras varios días se pudiera detectar el virus en una superficie, probablemente se trataría solo de restos inofensivos del mismo, puesto que el virus se va degradando según pasa tiempo fuera de un organismo.

Aun así, las autoridades chinas insisten estos días en la necesidad de lavarse bien las manos o de utilizar alcohol o gel desinfectante y, sobre todo, no tocarse la cara -boca, nariz, ojos- con las manos sucias.

Un sector a medio gas

Sin embargo, en China el virus sí está teniendo un efecto en los envíos a domicilio. No por la posibilidad de contagiarse por el paquete, sino por el mensajero.

El país es el mayor mercado del mundo para el comercio electrónico. Los chinos recibieron 50.000 millones de paquetes en sus domicilios en 2018, lo que representa más de la mitad del total mundial. Cientos de millones de personas adquieren sus productos en los gigantes Jingdong o Taobao y las tiendas físicas están desapareciendo.

Pero estos días las ventas se han desplomado, en especial las de comida a domicilio. En un estado de miedo generalizado, mucha gente no se fía de las manos por las que pueden haber pasado los alimentos ni del estado de salud de quien los lleva hasta sus casas.

Además, muchos edificios de viviendas han prohibido la entrada de cualquiera que no sea vecino del bloque para evitar riesgos. Para solucionarlo, algunas empresas han instalado taquilleros en las entradas de ciertos edificios en los que el mensajero puede depositar el envío y el comprador recogerlo sin contacto.

A esta situación de desconfianza se une el cierre de muchas empresas, fábricas y restaurantes por las medidas de cuarentena estos días, por lo que los envíos tardan más de lo habitual, y la fuerte subida de precios por parte de algunos servicios de entregas.