Es uno de los cortos que aspira a los Oscar y le acompaña la polémica. Nadie olvida las imágenes de un terrible asesinato cometido por menores en Gran Bretaña contra un niño indefenso. Esa imagen borrosa del pequeño agarrado de la mano de uno de sus futuros asesinos en un centro comercial de Liverpool conmocionó al mundo.
El 12 de febrero de 1993, James Bulger, un pequeño de solo 2 años había ido con su madre a la tienda para comprar chuletas de cerdo para la cena. Mientras pagaba en el mostrador, Denise Fergus soltó la mano de su hijo para buscar el dinero. Un segundo que la ha marcado ya de por vida. Cuando volvió a mirar, su hijo James no estaba a su lado.
La búsqueda del pequeño se desarrolló frenéticamente en todo el Reino Unido. Primero la idea era buscar uno más de los niños perdidos en un centro comercial pero el cariz de las investigaciones llevó a pensar que el pequeño había sido secuestrado. Las imágenes de vigilancia, ante el asombro de todos, habían captado a dos menores que llevaban al pequeño fuera del establecimiento. The Washingotn Post informaba desde EEUU que los niños recorrieron poco más de tres kilómetros.
Eran dos niños de solo 10 años que respondían a los llantos del pequeño con golpes en la cabeza. Sin empatía, por pura maldad. El pequeño se tambaleaba por los golpes. Pero nadie les paró en la calle, vieron ese maltrato como algo normal, cotidiano, tal vez como un juego. Los pequeños monstruos llegaron hasta un terraplén ferroviario. Allí, fuera de la vista del público, lanzaron pintura en los ojos del niño, lo apedrearon con ladrillos y lo golpearon hasta matarlo con un tubo de hierro. Abandonaron su cadáver en las vías.
La madre del pequeño nunca quiso conocer los detalles. Tampoco quiso asistir al juicio de tres semanas que se realizó una vez capturados los niños de 10 años, Jon Venables y Robert Thompson, quienes se convirtieron poco después en los asesinos convictos más jóvenes en Gran Bretaña en casi 250 años. La madre solo quería olvidar pero el impacto del asesinato fue tan enorme que apareció en un videojuego sobre el crimen, en un programa policial de la televisión australiana y, ahora, en un cortometraje nominado a los premios Oscar: "Detainment".
El martes, tras el anuncio de que la película había sido escogida por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas como finalista en la categoría del Mejor Cortometraje, la señora Fergus hizo que su malestar fuera conocido internacionalmente.
El filme de 30 minutos, producido y escrito por el irlandés Vincent Lambe, se centra en los interrogatorios policiales de Venables y Thompson, y también está basado en las transcripciones reales de las entrevistas. Pero para Fergus y el padre de James, Ralph Bulger, la película es todo un dolor, además nunca fueron consultados ni informados.
"No puedo expresar lo disgustada y molesta que estoy por esta película que se ha hecho y que ahora está nominada a un Oscar", dijo Fergus en Twitter. "¡Una cosa es hacer una película como esta sin contactar u obtener el permiso de la familia de James, y otra es que un niño vuelva a representar las últimas horas de la vida de James antes de que fuera brutalmente asesinado… y que mi familia y yo tengamos que revivir esto de nuevo!"
En una entrevista con el periódico The Mirror, Ralph Bulger declaró que había aceptado el hecho de que nunca iban a faltar artículos sobre el asesinato de su hijo, "pero hacer una película tan comprensiva con los asesinos de James es devastador".
Lambe se disculpó el 6 de enero por no consultar a los padres. Lambe se ofreció a donar cualquier beneficio de las proyecciones al James Bulger Memorial Trust creado por Fergus, y dejando claro que él tiene toda la simpatía por la familia Bulger y lamenta cualquier malestar que la película pueda haberles causado.
Los pequeños asesinos despiadados, Thompson y Venables fueron liberados con condiciones en 2001 y desde ahí recibieron nuevas identidades. Venables fue arrestado dos veces, en 2010 y 2017, por posesión de pornografía infantil, según The Independent.