Dos remolcadores han conseguido lo que en palabras del primer ministro italiano parecía imosible: remolcar con éxito el barco de 110.000 toneladas hasta el puerto de Génova donde en unas horas comenzará su trabajo para su demolición. En este último viaje que ha durado 4 días y ha recorrido 300 kilómetros asistido por 12 embarcaciones sin provocar ningún vertido al mar. Lo primero que harán los técnicos encargados de desguazar el barco será retirar todo el mobiliario para posteriormente trasladarlo al astillero donde lo convertirán en chatarra. Según la prensa italiana el 80% de su material podrá ser reciclado. La naviera propietaria del Concordia ha tenido que desembolsar 1.500 millones de euros en una operación de rescate faraónica que atravesó su fase más complicada en septiembre, cuando hubo que enderezar el barco y reflotarlo. Dos años se calculan que tardarán en demoler este coloso, tres veces más grande que el Titanic, protagonista de otra de las peores catástrofes marítimas.