Michaele y Tareq Salahi no se están divirtiendo tanto esta vez. No eran precisamente unos novatos en esto de penetrar en las moradas de los famosos y esta vez se pasaron de la ralla. Ahora, a través de un programa de la NBC se postulan como poco menos que víctimas de unos falaces medios de comunicación. En ese sentido, Michaele y Tariq Salahi insisten en que fueron invitados a la fiesta y en ningún caso se colaron: "No hay nadie que tenga la audacia o la mala conducta para hacer eso... nadie haría eso y mucho menos nosotros"."Nuestras vidas realmente han sido destruidas".
¿Quién los invitó?
La pareja, no obstante, ha eludido dar detalles sobre quién los invitó a la cena, pero insisten en que han entregado al Servicio Secreto todos los documentos, incluyendo correos electrónicos, para la investigación. Según su versión, habrían mantenido un intercambio de correos con una funcionaria de alto rango en el Pentágono en el que pidió ayuda para asistir al evento, pero ésta niega haberles ayudado.
Otras versiones
Michele Jones, asistente del secretario de Defensa Robert Gates, dijo el lunes en un comunicado que nunca dijo o dejó implícito que ayudaría a los Salahi a asistir a la cena: "A pesar de que les informé de ello, todavía decidieron asistir".
Consecuencias legales
El miedo que tiene ahora el matrimonio está perfectamente fundado: los Salahi figuran en el centro de una investigación iniciada por el Servicio Secreto, que permitió el acceso a la pareja pese a que, según la Casa Blanca, no figuraba en la lista de más de 300 invitados. Los Salahi han sido convocados a una audiencia del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes este jueves. Las consecuencias jurídicas son imprevisibles, pero lo que ha quedado claro es que ser famosos no les ha salido precisamente gratis. A.V.