Según informa el diario Daily Mail, Jessica Barber circulaba por una carretera de la localidad de Kingwood, en Texas, cuando se detuvo sin razón aparente en medio de la calzada. Los agentes de policía se acercaron al vehículo y descubrieron que la conductora llevaba evidentes síndromes de embriaguez.
Después de realizarle una prueba de alcoholemia, registraron el coche y descubrieron, en el asiento trasero del vehículo, un bebé de ocho meses que dormía bajo un montón de basura, bolsas e incluso un patinete.
Los agentes detuvieron a la mujer, que reconoció haber tomado una cerveza mezclada con Prozac y Xanax, medicamentos prescritos por su médico para la depresión y la ansiedad que producen efectos secundarios graves al tomarlos con alcohol. Además, admitió haber consumido drogas.
La policía se encargó de llamar a los servicios sociales para investigar el caso y que se hicieran cargo de la custodia del pequeño. Jessica explicó a la policía que tenía otro hijo, de 12 años, que se encontraba en su casa.
Fue entonces cuando encontró a su bebé de ocho meses de edad durmiendo en el asiento trasero bajo una pila de basura, varias cajas de ropa e incluso una tabla de skate. El niño fue atado a una silla de auto.
Después del incidente, Jessica ha sido trasladada a la cárcel del condado de Montgomery, donde permanece arrestada bajo fianza de 25.000 dólares.