Los agentes de la localidad californiana de Fairfield han comunicado que el pasado 31 de marzo, atendieron a la desaparición de un niño de 12, a quien finalmente encontraron. Fue cuando el niño fue llevado de vuelta a su hogar cuando los policías decidieron hacer una inspección en la vivienda.
Según reporta Foxnews, al entrar en la casa, los agentes encontraron a otros nueve niños de edades comprendidas entre cuatro meses y 11 años los cuales vivían "en la miseria y en condiciones inseguras", según indicaron los mismo policías.
La madre de los menores, identificada como Ina Rogers, de 30 años, fue arrestada y acusada de negligencia infantil. Mientras, los niños han sido puestos bajo custodia por los Servicios de Bienestar Infantil del Condado de Solano.
Una investigación conjunta realizada por los servicios para menores de Welfare , la Fiscalía del Condado de Solano y la Policía de Fairfield ha descubierto "una larga y continua historia de abuso físico y emocional grave hacia los niños", según el comunicado de prensa.
Por su parte, Jonathan Allen, el padre, de 29 años de edad, también ha sido arrestado y ha sido acusado de nueve cargos de tortura y seis cargos de abuso de menores.
Rogers ha negado a KTVU que ni el ni su marido abusaran, descuidaran o torturaran a alguno de sus hijos.
QUEMADURAS Y HEMATOMAS
Según informa NYDailyNews, los detenidos torturaban a sus 10 hijos "con fines sádicos" en una casa llena de basura y heces, según ha informado la policía.
Además, los niños presentan heridas punzantes intencionales consistentes con una pistola de perdigones, además de quemaduras y hematomas.
"Literalmente te rompe el corazón y te indignas cómo un padre o una persona puede cometer esos actos", ha lamentado Sharon Henry, la vicegobernadora del condado de Solano.
EL CASO DE LOS TURPIN
El pasado 14 de enero de 2018 salió a la luz uno de los casos más polémicos y escandalosos en Estados Unidos. Trece hermanos fueron rescatados por la policía americana en Perris (California) después de que una de ellas, una joven de 17 años, lograse escapar del domicilio y alertar a las autoridades. La joven llevaba más de dos años ideando cómo escapar.
David y Louise Turpin, los padres de los prisioneros, están acusados de mantener a sus hijos, de dos a 29 años, en condiciones inhumanas, encadenados a sus camas y privados de comida en su casa de California.