Dimiten otros dos diputados de Nidaa Tounes por las tensiones por el papel del hijo de Essebsi en el partido

EUROPA PRESS 11/01/2016 04:01

Según las informaciones facilitadas por Mondher Belhaj Alí, uno de los 17 diputados que anunció su dimisión el sábado, los nuevos dimisionarios son Mohamed Rachdi y Suheil Aluini, tal y como ha recogido la agencia estatal tunecina de noticias, TAP.

Las dimisiones en el partido han sido presentadas en el marco de una disputa en torno a la posibilidad de que el hijo del presidente de Túnez y líder de la formación, Beyi Caid Essebsi, esté intentando hacerse con el control de Nidaa Tounes.

Esta dimisión en bloque podría permitir a sus rivales, los islamistas moderados de Ennahda con los que gobiernan en coalición, convertirse en el principal poder parlamentario, y ha profundizado la ya existente división entre los dos bandos del partido, tan sólo unos días después de que su secretario general, Mohsen Marzuk, anunciara su separación de la formación para crear un nuevo movimiento político.

Tras las dimisiones de esta semana, Nidaa Tounes se queda sólo con 67 diputados del Congreso tunecino --formado por 217 escaños--, mientras que Ennahda cuenta con 69.

Las dimisiones de los miembros del principal partido de la coalición de Gobierno tunecina podrían complicar los intentos del Ejecutivo de impulsar importantes reformas que los acreedores internacionales están exigiendo para frenar el gasto público y empujar la economía de un país golpeado por tres grandes atentados islamistas el último año.

DIVISIONES EN EL PARTIDO

Nidaa Tounes emergió como fuerza política en 2013, para liderar las protestas contra el Gobierno de Ennahda, a quien venció en 2014 y con quien se unió para formar Gobierno.

Las divisiones han ido creciendo en las filas del partido desde el año pasado, después de una disputa entre dos alas de la formación, una liderada por el hijo del presidente, Hafedh Caid Essebsi, y otra por Marzuk.

Los partidarios de Essebsi niegan que quieran colocar al hijo del presidente en una posición de poder a través de un traspaso dinástico del control del partido. Por su parte, los críticos consideran que el bando de Essebsi ha pisoteado las normas del partido.

Con una nueva Constitución y con elecciones libres, Túnez se ha erigido como un modelo de transición democrático desde el derrocamiento del expresidente Zine el Abidine ben Alí, y ha logrado evitar las reacciones violentas que sí han tenido lugar en otros países tras las 'primaveras árabes' de 2011.

No obstante, el país se enfrenta a grandes desafíos a nivel de seguridad después de haber sido golpeado por tres grandes ataques el año pasado, y necesita reformas para ayudar a flexibilizar el gasto público y crear oportunidades económicas, medidas que muchos tunecinos aún ven como prioritarias.