Así lo han reflejado los medios estadounidenses, que han grabado a Donald Trump en esta curiosa escena que lo dice todo sobre su facilidad para compartir.
La pareja, el presidente y su mujer, Melania Trump, que esta vez no era la doble, salían a visitar las zonas afectadas por el huracán Michael, en Florida cuando ocurrió este incidente del que el multimillonario ni se dio cuenta. Para él podría ser normal dejar a su mujer mojándose bajo la lluvia, mientras él evitaba que se le estropeara el sofisticado peinado con el que cubre su calva.
El presidente se lanzó a hablar con un grupo de periodistas dejando a Melania 'disfrutar' de la lluvia, quizá porque crea que las misses además de guapas son impermeables. Nadie está en la cabeza de Donald Trump. Quizá lleve hasta sus últimas consecuencias aquello de 'américa y los americanos, primero'. Él sobre todo, el primero de todos.
Las redes hicieron rular las imágenes del egoísmo de Trump y su extraña relación de pareja en la que no hay espacio para dos bajo su sombrilla.