Parece un rescate como tantos otros, descienden los únicos 16 supervivientes y entre ellos, una imagen nos golpea. Un voluntario cubre con una manta el pequeño cuerpo de un bebé muerto. Sin pronunciar palabra, lo lleva en sus brazos hasta la orilla. La terrible escena se repite dos veces, guardacostas libios y voluntarios se van pasando los cadáveres de tres niños muy pequeños en el más absoluto silencio y así se quedan, sin palabras, frente a las cámaras, con los cuerpos inmóviles en sus brazos.
La barca en la que escapaban de Libia naufragó frente a la costa, tras incendiarse el motor. Hay más de un centenar de muertos, ante la impotencia de las ONGs occidentales a las que Italia impide participar en los rescates. El objetivo de Italia: que los guardacostas libios coordinen los rescates para devolver a los migrantes a centros denunciados como inhumanos por Naciones Unidas.
Pero las ONGs occidentales no se dan por vencidas. Proactiva ha logrado salvar a medio centenar de personas en el mediterráneo central, entre ellas hay cinco mujeres y cuatro menores. La incertidumbre ahora es dónde podrán desembarcarlos porque Italia y Malta les han cerrado las puertas a cal y canto.