El coronavirus sigue desatado en Estados Unidos. El número total de casos en el país ha rebasado este domingo los cinco millones, en medio de repuntes en decenas de estados, particularmente los que conforman la región del llamado "cinturón del sol", la más próxima a Latinoamérica, con California a la cabeza. Según el balance actualizado de la universidad Johns Hopkins, Estados Unidos registra 5.022.187 de casos y la cifra nacional de muertos es ya de 162.696.
El estado de California, el más afectado del país, ha confirmado 555.797 casos, seguido de Florida con 526.577 casos, Texas con 497.900 casos y Nueva York con 420.345 casos. Otros estados con más de 180.000 casos incluyen a Georgia, Illinois, Arizona y Nueva Jersey, según la universidad.
Los casos de la COVID-19 en Estados Unidos superaron el millón el 28 de abril, más de tres meses después de que se reportara el primer caso. El número de casos en el país llegó a dos millones el 10 de junio, a tres millones el 8 de julio y cuatro millones el 23 de julio, de acuerdo con las estimaciones.
Estados Unidos se ha distinguido por su caótica respuesta general a la enfermedad. El presidente, Donald Trump, ha decidido conceder a los estados cierta latitud para declarar medidas de restricción, y desde el principio de la pandemia se ha declarado escéptico, cuando no equivocado, sobre su impacto inicial y las medidas de restricción fundamentales, como las mascarillas.
A ello hay que sumar la tumultuosa situación política de unos últimos meses marcados por la gran respuesta popular contra la brutalidad policial y el enfrentamiento abierto entre demócratas y republicanos a la hora de conceder nuevas medidas de ayuda para paliar el tremendo impacto económico del coronavirus en el país, factores todos que han obstaculizado una respuesta al unísono contra la enfermedad.
En esta situación incluso todavía hay estados que celebran eventos multitudinarios sin ordenar las mínimas medidas de seguridad, como Dakota del Sur, que albergará una concentración de motoristas a la que se espera acudan unas 250.000 personas. Si bien los funcionarios dicen que este año será una versión reducida, todavía se espera gente de todo el país, incluidos los estados de como Florida, Texas y Arizona, todos ellos vectores de contagio.