Tahrir, símbolo de la unidad de los egipcios contra Mubarak, es ahora escenario de la desunión de un pueblo. Partidarios y oponente de Mohamed Morsi se enfrentaron anoche en el centro de El Cairo a pedradas y a palos en el fin de una jornada de protestas convocadas por los Hermanos Musulmanes. Miles de manifestantes continuaron hasta última hora en las calles, exigiendo la liberación del presidente derrocado. La policía y el ejército intervino para contener a los islamistas, que extendieron su ira por todo el país. Alejandría, Suez y otras ciudades fueron también escenario de choques violentos que han terminado con al menos 36 muertos y cerca de mil heridos. Villanos para los islamistas, los militares, en cambio, se han convertido en héroes para aquellos egipcios hastiados del gobierno de Morsi. Sin embargo, los Hermanos Musulmanes no se resignan y a estas horas llenan de nuevo la plaza de El Cairo.Egipto encara un futuro incierto, cuando aún no ha terminado de cerrar su pasado. Precisamente esta mañana se reanudaba el juicio contra el ex-presidente Hosni Mubarak.