"Las unidades militares continúan sus operaciones en el área de Abra de Sidón para aplastar las actividades armadas, arrestar a los que atacaron las posiciones del Ejército y restaurar la seguridad y la estabilidad", han indicado las Fuerzas Armadas a través de un comunicado.
"Muchos hombres armados han disparado contra las tropas utilizando los centros religiosos como barricadas, convirtiendo a civiles inocentes en escudos humanos para evitar una confrontación directa con el Ejército", ha agregado.
En los enfrentamientos han fallecido al menos doce militares, según cifras oficiales, si bien algunas fuentes citadas por medios libaneses han informado de 17 militares y más de una veintena de milicianos muertos.
Asimismo, el Ejército ha recalcado que "presionará para poner fin a la contienda" y que "no detendrá sus operaciones hasta que la seguridad esté totalmente restaurada en la localidad y en sus alrededores", según ha recogido el diario libanés 'The Daily Star'.
En la tarde del lunes, las Fuerzas Armadas y las milicias de Al Assir han alcanzado un alto el fuego tras horas de combates, tras lo cual se ha constatado un cese de los tiroteos que se habían podido escuchar desde el domingo.
La violencia se desató tras un ataque de los milicianos de Al Assir contra un control situado en la carretera entre Sidón y Abra, cerca de la mezquita de Bilal bin Rabah, que se saldó con la muerte de tres soldados. Al parecer, el ataque era en represalia por la detención de uno de los seguidores del clérigo.
En su sermón del viernes, Al Assir, conocido por su radical oposición al partido-milicia chií Hezbolá y al Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, advirtió a los militares "especialmente a los suníes" de que "no lleven a cabo ninguna misión que perjudique a sus hermanos suníes de Líbano". De lo contrario "rendirán cuentas el día del Juicio Final".
La tensión se disparó en Sidón el martes a raíz de un enfrentamiento armado entre seguidores de Al Assir y miembros de las Brigadas de la Resistencia, afines a Hezbolá.
Esta violencia pone en peligro el acuerdo alcanzado por Al Assir para un alto el fuego de tres meses a cambio de la liberación de tres de sus seguidores que se encuentran bajo custodia policial.
El clérigo ha saltado a primera línea informativa en los últimos meses tras llamar a la 'yihad' contra Hezbolá y las tropas del presidente sirio y cruzar la frontera común para visitar a varias brigadas islamistas radicales que combaten contra las fuerzas gubernamentales.