Los hechos fueron denunciados por la Televisión Nacional de Chile que elaboró un reportaje bajo el título "La fábrica del terror" en el que se mostraban las declaraciones de un trabajador que sufrió esos maltratos acompañadas de las imágenes, grabadas por los trabajadores, que lo ratificaban.
José, el trabajador más afectado sufría todo tipo de maltratos, humillaciones y vejaciones, cuenta que en una ocasión, Hugo ordenó que el resto de sus compañeros le quitaran la ropa, lo maniataran con ella y después lo hizo correr mientras le pegaba con la hebilla de un cinturón, tenía tanto dolor que llegó a orinarse. Además, el empresario, solía ordenar al resto de trabajadores que grabaran estas actuaciones de las que existen alrededor de 500 vídeos.
"Era sometimiento forzado, me inmovilizaba y aprovechaba para hacerme tocamientos. Yo creo que era su juguete. Tenía que tolerar todo eso contra mi voluntad" cuenta José, quien a sus 40 años debía resignarse a sufrir todo esto por no perder su trabajo, los estudios de sus hijos y las exigencias económicas lo hicieron presa fácil. A día de hoy, carga con un paño psicológico irreparable.
Desde el medio denuncian que la justicia chilena era conocedora de esta situación, tenía vídeos desde hace más de dos años y no había hecho nada al respecto. Finalmente actuó cuando "se logró reunir evidencia concreta, declaración de testigos, material audiovisual, elementos suficientes para acreditar el delito de abuso sexual contra mayores de 14 años", según señaló Francisco Ceballos, comisario de la Policía de Investigaciones de Chile.
El juzgado de Garantía de Colina, región Metropolitana, decretó la prisión preventiva como medida cautelar al considerar al acusado un "peligro para la seguridad de la sociedad" y "por peligro de fuga".
Larrosa también solía besar la boca de las víctimas, tocar la zona genital y anal, abusaba sexualmente de ellos con objetos como plumones y pistolas de silicona, además de los golpes de puño o con sacos de arroz, patadas, llaves de artes marciales y mordidas de orejas.
Otro empleado cuenta que a un compañero que sufría vértigo y presión alta, "lo subió a una grúa, a 6 metros de altura, y lo dejó colgando 10 minutos. Aferrado a la grúa, él gritaba". Todo lo grababa para posteriormente enseñárselo a sus amigos.
Por otro lado, con pistola en mano, se jactaba de haber pertenecido a la Policía Federal Argentina. Larrosa llegó hace 20 años a Chile tras haber intentado abrir negocios en la Argentina sin resultados. En Chile hizo una fortuna, cuenta con sucursales en el sur del país, así como en Uruguay.
El colectivo LGTBI de Brunéi critica la pena de muerte a homosexuales