Sobre las 4 de la madrugada los bomberos y una patrula de la Policía se presentaron en el domicilio familiar de los Jones. Todo indicaba que se trataba de un incendio pero cuando entraron en la casa se encontraron un brutal crimen.
C. J. Jones, un niño de 14 años, había degollado a sus dos hermanas, Brittney y Melanie, de 10 y 7 años respectivamente.
El menor había quemado la casa con su madre Leisa, de 33 años, y de su hermano pequeño, Jermaine, de dos años, en el interior. Los dos cuerpos quedaron abrasados en el dormitorio principal.
El cadáver de C. J. Jones estaba en su habitación junto a una pequeña navaja con la que se había cortado el cuello.
Las investigaciones están totalmente abiertas y no se descartan ninguna hipótesis.
Según fuentes policiales, el menor había sido expulsado de su colegio por agredir a uno de sus profesores. Además, días atrás, fue sorprendido quemando varios objetos en la piscina familiar.