Las fuerzas afganas ponen fin al asalto talibán de Kandahar

AGENCIA EFE 09/05/2011 10:36

En la acción armada lanzada el sábado por los insurgentes murieron, según dijeron hoy fuentes oficiales y el gobernador de esa ciudad sureña, Tooryali Wesa, 26 talibanes, tres miembros de las fuerzas afganas y un civil, en tanto que otros 16 civiles y 24 soldados afganos fueron heridos.

"La situación está bajo control", dijo esta mañana Wesa en una rueda de prensa.

Los talibanes habían llevado a cabo con anterioridad ataques de comandos contra casas de huéspedes, centros comerciales e incluso edificios administrativos, pero estos no habían contado con la participación de tantos comandos coordinados.

Por grupos, los insurgentes -entre quienes había ocho suicidas- atacaron un total de diez edificios, entre comisarías, oficinas administrativas y de los servicios de inteligencia, dos escuelas y la sede del gobernador, la principal autoridad local.

En sus combates contra las tropas afganas y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), los agresores causaron una quincena de explosiones y generaron en la ciudad un ambiente de tensión y pánico, con las calles desiertas.

Los últimos insurgentes se atrincheraron en el hotel Kandahar, desde el que continuaron atacando las oficinas del propio gobernador, antes de que las fuerzas de seguridad lograran abatirlos, ya en la noche del domingo.

"La operación ha concluido con las muertes a manos de las fuerzas de seguridad de los tres insurgentes que resistían en el interior del edificio", dijo hoy a Efe el Zalmai Ayubi, portavoz del Gobierno provincial de Kandahar.

"Todavía está en marcha una operación de registro para comprobar si quedan más insurgentes", puntualizó en un comunicado la oficina del gobernador, que precisó que sus fuerzas hicieron explotar después diez vehículos cargados con explosivos.

La provincia de Kandahar, en el conflictivo sur afgano, es la cuna histórica del movimiento talibán, y en la actualidad los alrededores de la propia ciudad siguen siendo uno de los principales viveros de la actividad insurgente en Afganistán.

Parte de la intensidad del asalto armado está relacionada con la fuga el pasado 25 de abril de unos 500 presos -muchos de ellos insurgentes- del penal de la ciudad, a través de un túnel excavado desde el exterior por los propios talibanes.

Tras asumir el fallo de los controles de seguridad, las fuerzas afganas se lanzaron a la búsqueda de los prófugos y detuvieron a varias decenas, pero el portavoz de Interior, Zemarai Bashary, reconoció que algunos de ellos participaron en el ataque.

"El asalto ha sido llevado a cabo por docenas de nuestros miembros con el fin de capturar la ciudad de Kandahar. Hemos matado a 116 soldados, de ellos seis extranjeros", aseguró a Efe el portavoz talibán Mohamed Yousuf Ahmadi.

Los talibanes anunciaron el pasado 30 de abril el inicio de su ofensiva anual de primavera, un período durante el que llevan a cabo acciones de calado contra instalaciones de las tropas extranjeras desplegadas en Afganistán y del Gobierno y las fuerzas afganas.

"Esta acción buscaba ser un ataque espectacular de la ofensiva de primavera que fue rechazado por las fuerzas afganas", afirmó en un comunicado un portavoz de la ISAF, el general James B. Laster.

La acción tuvo lugar, además, horas después de que los talibanes afirmaran que la muerte de Osama bin Laden a manos de fuerzas especiales de EEUU en Pakistán les daría un "nuevo impulso" en su lucha contra las tropas extranjeras.

El propio presidente de Afganistán, Hamid Karzai, llegó a decir al condenar el asalto armado que los insurgentes parecían estar buscando una "venganza" por la muerte del jefe de Al Qaeda, pero los talibanes no han confirmado este extremo.

Las fuerzas extranjeras desplegadas en Afganistán, compuestas por unos 150.000 soldados, tienen previsto comenzar a replegarse en julio, una fecha en la que las fuerzas afganas asumirán la responsabilidad de la seguridad en siete zonas del país.

Por Fawad Peikar