Lisa Enroth, ganadora del concurso del Festival de Cine de Gotemburgo, pasa una semana sola en una isla viendo cine

  • Lisa Enroth fue la elegida de entre 12.000 participantes

  • Pasó 7 días sola, sin teléfono, viendo cine en una isla

  • La experiencia le ha enseñado a tomarse la vida de otra forma

El Festival de Cine de Gotemburgo de Suecia anunció un particular concurso que despertó la curiosidad de muchos cinéfilos: el ganador pasaría siete días viendo películas, totalmente solo, en una isla totalmente aislada.

Una experiencia idílica para algunos, "brillante", para Lisa Enroth, una enfermera que no dudó en participar y poder disfrutar de esta peculiar aventura. Esta mujer de 41 años pensó que desconectar de esa manera durante una semana de la sala de Emergencias de su ciudad, en Skövde, sería todo un lujo.

El vértigo llegó cuando resultó ser la elegida, de entre 12.000 participantes, para pasar la semana sola en la isla de Hamneskär, frente a la costa de Marstrand, en Suecia. Las condiciones eran las siguientes: Lisa estaría totalmente sola, sin teléfono, en una casa en el faro 'Pater Noster,' (Padre Nuestro en latín), para poder disfrutar de una infinidad de películas, recoge CNN.

Así, a pesar de los nervios, no dio marcha atrás y decidió comenzar su aventura. El 30 de enero comenzó su viaje, teniendo que acudir al faro en un pequeño bote: ya no había marcha atrás. Al llegar le sorprendió el infinito silencio, que solo se rompía por el sonido del mar. Era el clima perfecto para comenzar su aventura y ver todas las películas que tenía por delante.

Sin embargo, su primera madrugada despertó sus miedos. A Lisa la primera noche le costó dormir y permaneció atenta a cada sonido que escuchaba. Pero llegó el amanecer y con ello "todo valió la pena", como confesaba.

Empezó a acostumbrase a su nueva rutina alejada de todo: daba un paseo por la isla, pintaba y disfrutaba de sus películas para profundizar en el programa del festival de cine, el objetivo principal de esta experiencia. Todo ello alejada de cualquier conexión a internet, ni móvil, ni con el ordenador. Una vida totalmente distinta.

Esta lejanía de los aparatos electrónicos le sirvió para disfrutar aún más de los largometrajes que vio. No tenía la interrupción de ningún teléfono o la tentación de distraerse mirando cualquier cosa, y esto le aportó más valor a ese visionado de películas, de las que calcula vio unas 30.

Una desconexión que, sin embargo, también le hacía darle más vueltas a la cabeza y a los pensamientos, y más en plena pandemia. Comenzó a temer que la situación epidemiológica hubiera empeorado y su mente no dejó de darle vueltas a posibles cosas que estarían pasando. Aun así, intentó centrarse en las películas y en esa nueva forma de vivir, aunque fuese por poco tiempo. Una experiencia que, como asegura, le ha enseñado a tomarse la vida de otra forma, sin tanta prisa.