Gerry Adams contra el sectarismo en el centenario del Alzamiento de Pascua

Informativos Telecinco/ Agencias 27/03/2016 19:14

"El proceso de paz y los Acuerdos del Viernes Santo han marcado un giro histórico en la política de esta isla. Por primera vez se han afrontado las raíces del conflicto y se ha abierto una ruta democrática hacia la unidad de Irlanda", ha destacado. "Pero queda mucho por hacer. Hay heridas que sanar, divisiones que acabar y hay que derrotar el azote del sectarismo", ha añadido.

Adams ha pronunciado estas palabras en el Cementerio de Milltown, en Belfast, donde ha terminado la marcha convocada por el Sinn Féin por el aniversario del Alzamiento de Pascua y que ha contado con miles de asistentes.

El objetivo, según Gerry Adams, es seguir trabajando para hacer realidad las aspiraciones sociales plasmadas por los firmantes de la Declaración de Independencia de 1916 y sanar las divisiones entre unionistas y republicanos.

"Por nuestra parte, la Declaración de 1916 sigue siendo una declaración de intenciones para los republicanos irlandeses de hoy en día", ha apostillado Adams. "Es una carta de libertades para toda la gente de esta isla que garantiza libertades religiosas y civiles y fomenta la igualdad de derechos y oportunidades para todos los ciudadanos", ha añadido.

"La Declaración también es una declaración de intenciones social y económica en pro de una sociedad basada en los derechos en la que el pueblo sea soberano", ha destacado.

En la marcha ha habido bandas de gaitas que han interpretado canciones republicanas y también personas ataviadas con uniformes de época y réplicas de las armas utilizadas en la sublevación nacionalista irlandesa de 1916.

PRIMERA GRAN REBELIÓN EN EL IMPERIO

El Alzamiento de Pascua fue la primer gran sublevación en el poderoso Imperio Británico y sorprendió al Ejército concentrado en la Primera Guerra Mundial.

La Hermandad Republicana Irlandesa articuló la rebelión con el apoyo de los Voluntarios Irlandeses y del Ejército Ciudadano Irlandés, este último con un claro componente obrerista.

Sin embargo, en apenas una semana la revuelta fue violentamente sofocada a sangre y fuego y los principales dirigentes republicanos, con el poeta y profesor Patrick Pearse a la cabeza, fueron ejecutados, lo que les convirtió en mártires de la causa y fomentó el sentimiento independentista en los años siguientes. También fue clave el intento de Londres de imponer el alistamiento militar obligatorio en Irlanda.

En 1918 los diputados irlandeses electos se negaron a sentarse en el Parlamento de Londres y constituyeron el Dáil Éireann, el Parlamento Revolucionario Irlandés, que enseguida declaró nuevamente la independencia de Irlanda. Tras una cruenta guerra informal entre el Ejército Republicano Irlandés (IRA) y el Ejército británico, se firmó el Tratado Anglo-Irlandés, que suponía la división de la isla y un conflicto que ha llegado a nuestros días.

De hecho, no ha habido ningún tipo de representación institucional de las autoridades norirlandesas --aún bajo soberanía británica-- en los actos de Dublín y los actos convocados por el Sinn Féin en Belfast provocan un profundo rechazo entre los unionistas.

Desde Londres, la ministra para Irlanda del Norte, Theresa Villiers, ha destacado las formas en las que se han planteado los actos del centenario, "incluyente y diseñada para fomentar la reconciliación". Sin embargo, la ministra principal norirlandesa, Arlene Foster, ha rechazado participar en los actos.

Son vestigios de décadas de violencia y acciones armadas del Ejército Republicano Irlandés (IRA), muy activo desde la década de 1970 para reivindicar la secesión de Irlanda del Norte. El IRA dejó las armas gracias al acuerdo de paz firmado en 1998, el Acuerdo del Viernes Santo, que permitió crear instituciones políticas autónomas en Belfast.