Los gigantes de las redes sociales verán limitado su poder tras las elecciones estadounidenses

  • Según Pew Research el 73% de los estadounidenses creen que las plataformas de redes censuran los puntos de vista que consideran "discutibles"

  • Republicanos y Demócratas en el Congreso se ponen de acuerdo para limitar el poder de las plataformas

  • La sección 230 de la ley de Decencia en las Comunicaciones será modificada antes de final de año con acuerdo bi- partidista

Todas las preocupaciones por el poder actual de los titanes tecnológicos eclosionó en el Senado norteamericano, el pasado martes, en una audiencia en las que sus directores ejecutivos fueron acusados de ejercer censura y desinformación en las recientes elecciones. La comparecencia de Jack Dorsey y Mark Zuckerberg, máximos responsables de Twitter y Facebook respectivamente, levantó pasiones, interrogatorios y críticas por parte tanto de republicanos como de demócratas. Pero, sobre todo, dejó claro que hay acuerdo entre ambos partidos para establecer el comienzo del fin de una larga trayectoria, la del escudo legal que ha permitido que estas compañías fueran más allá de lo aceptable, según ellos, en el contexto de estas últimas elecciones.

En su segunda comparecencia ante el Senado en las tres últimas semanas, Dorsey y Zuckerberg fueron criticados por poner en práctica la censura y sus prejuicios anti conservadores, según los republicanos, y por la permisividad con los discursos de odio, violencia y desinformación, según los demócratas. Y ambos ejecutivos, junto con Sundar Pichai, responsable de Google que les acompañó en la primera audiencia, salieron con la conclusión de que la legislación que regulará su industria será adoptada próximamente por el Congreso resultante de estas elecciones.

De fondo, la sección 230

De hecho, el presidente del Comité Judicial, el senador republicano Lindsay Graham, abrió la audiencia con una propuesta para cambiar la sección 230 de la ley de Decencia en las Comunicaciones, que establece que las plataformas web no son responsables de lo que publican sus usuarios aunque puedan moderar el contenido en función de su buena fe. “Hay reglas sobre lo que puede hacer una estación de televisión; hay reglas sobre lo que puede hacer un periódico pero si no eres un periódico, ¿por qué siendo Twitter o Facebook tienes control editorial sobre el New York Post?”, señaló Graham.

El senador republicano manifestaba así su malestar por cómo estas empresas manejaron la historia publicada por el New York Post acerca de unos supuestos correos de Hunter Biden, el hijo del actual presidente electo, en los que se basaban importantes acusaciones republicanas de corrupción hacia su rival. En ese momento Twitter reaccionó bloqueando los contenidos que hablaban de esta historia, de forma temporal, aludiendo a que eran materiales pirateados y Facebook redujo la distribución del artículo hasta que este fuera verificado.

Las consecuencias de esas acciones no se hicieron esperar y los republicanos, que finalmente perdieron las elecciones, se pusieron a trabajar junto con los demócratas en el Comité Judicial del Senado para sacar adelante un proyecto de ley que limite las protecciones legales que han amparado durante años a estas plataformas.

Ted Cruz se viraliza en Twitter

Si bien ambos responsables de Twitter y Facebook expresaron su disposición para colaborar con los legisladores en esta tarea, sus dos últimas comparecencias dejaron muestras del nivel de tensión con el que todas las partes se implicaron. Ya en el pasado mes de octubre, el senador republicano Ted Cruz protagonizó un durísimo enfrentamiento con Dorsey por el tema de Hunter Biden, que terminó con la frase “¿Quién demonios te eligió?” tras acusar a Twitter de ser “un peligro para la democracia”.

Y en su testimonio del pasado martes, al señalar Dorsey que no era “un experto en fraude electoral” y que no estaba seguro de que eso se estuviera produciendo, Cruz volvió a focalizar su enfado sobre el manejo de la plataforma de redes sociales. “Por qué entonces Twitter está poniendo supuestas advertencias en cualquier declaración sobre fraude electoral?”, preguntó Cruz.

“Simplemente estamos vinculando a una conversación más amplia para que la gente tenga más información”, respondió el ejecutivo.

“No, no es así, ha puesto una página que dice: el fraude electoral de cualquier tipo es extremadamente raro en los Estados Unidos. Eso es adoptar una posición de política en disputa y usted asume el cargo de editor cuando lo hace. No puede fingir que no es un editor y obtener el beneficio en virtud de ello de la sección 230”, sentenció Cruz haciéndose viral en las redes su propia respuesta.

El senador Ted Cruz retó en el propio senado a Jack Dorsey ha "etiquetar" sus comentarios en Twitter. Y decidió ver si se le censuraba en redes tras el testimonio del responsable de Twitter en el senado. Efectivamente, ninguno de los tres tuits que escribió Cruz hablando de fraude electoral fueron censurados.

La opinión de los usuarios

Lo cierto es que, en general, los estadounidenses creen que las empresas de redes sociales practican la censura de los puntos de vista que no comparten. Según una encuesta realizada por Pew Research, el pasado mes de agosto, tres cuartas partes de los ciudadanos (73%) piensan que es probable que las redes sociales censuren intencionadamente los puntos de vista que encuentran discutibles. El 37% de estos, dijo que incluso lo veían muy probable. Aunque si se segmenta por partidos, los republicanos son más propensos (69%) que los demócratas a pensar que las empresas tecnológicas favorecen las opiniones del partido rival.

Sin embargo, hay otros puntos de vista. Luciana Mora, abogada residente en Maryland, cree que “cuando hablamos de censura estamos atendiendo a una intervención previa por lo que en el caso de las redes sociales hablaría más de un fast checking (comprobación de datos), lo cual es más propio de los medios de información. Se hace para evitar la diseminación intencional de información falsa que puede afectar a la legitimación del proceso electoral”.

“Creo que las plataformas, como intermediarias, tienen la responsabilidad de hacerlo. Siguen el mandato de todos los tratados internacionales del uso de la información”, añade. “Y si bien es cierto que los espacios virtuales son fuente de información de la mayoría de la gente, no creo que sean excluyentes ni opuestos, son complementarios, por lo que hay que aprender a mirarlos con ojo crítico igual que hicimos con los diarios y la televisión”.

Si Facebook fuera un país duplicaría en población a China

También Alejandro Ibáñez, miembro del think tank Baker Insitute, entrenador internacional de Debate y residente en Houston, alude a la necesidad de cultivar un pensamiento crítico para que la población tenga “la máxima libertad para decidir qué es cierto, falso o inexacto”. Aunque sea un plan a largo plazo, es importante “educar a la población” porque la censura en sí misma “puede conducir a un camino muy peligroso”.

Ibáñez destaca el peligro que supone el enorme poder de estos gigantes tecnológicos y señala que “si Facebook fuera un país tendría aproximadamente 2.700 millones de habitantes (sus usuarios), lo que duplica la población de China y alerta sobre la necesidad de que tenga establecidos unos límites claros en cuanto al uso y distribución de la información de sus usuarios”.

Y añade que “en gran parte las redes sociales deciden lo que es cierto o falso porque las sociedades no están entrenadas para desarrollar cierto espíritu crítico, lo que las ayudaría a detectar noticias falsas o inexactas y reflexionar sobre el contenido que muchas veces, ni siquiera se lee antes de ser difundido”.

Pero todo esto no deja de ser un reflejo del sentimiento que provoca el uso de la tecnología en la ciudadanía: una relación de amor odio en la que los beneficios de un acceso ilimitado a la información y un universo por descubrir, cada vez más accesible, convive con los peligros de la manipulación. Unos riesgos que empezarán a tener sus límites en cuanto acabe el 2020.