Al Moallem, que se ha reunido este jueves con Brahimi, ha manifestado que, pese a la dificultad de su misión, "el éxito de la misma se basará en la seriedad que muestren varios países y en cómo de creíbles sean los mismos respecto a su voluntad de ayudar a Siria", según ha informado la agencia estatal siria, SANA.
Asimismo, el ministro sirio ha apuntado que lo fundamental es que cualquier iniciativa que se plantee para alcanzar una solución a la crisis política en el país árabe vaya en interés de la población siria y no contemple que la misma sea alcanzada a través de la injerencia de otros países.
Por su parte, Brahimi ha manifestado que todo el mundo coincide "en la necesidad de poner fin al derramamiento de sangre" en el país árabe. "Hay una crisis, eso nadie lo niega", ha declarado a su llegada a la capital de Siria. "Es una crisis que se está deteriorando y nadie discrepa en la necesidad de poner fin al derramamiento de sangre y de restaurar la armonía", ha proseguid. "Esperamos poder contribuir a ello en los próximos días y semanas", ha agregado.
Brahimi, un veterano diplomático argelino que reemplazó al exsecretario general de la ONU Kofi Annan como emisario el pasado 1 de septiembre, tiene previsto entrevistarse también con el presidente del país, Bashar al Assad. "Durante su visita a Siria, Brahimi mantendrá conversaciones con el Gobierno y con representantes de la oposición siria y la sociedad civil", ha indicado su portavoz, Ahmad Fawzi, en un comunicado.