Hospitalizado un exministro libanés acusado de terrorismo por problemas de salud durante el juicio

EUROPA PRESS 19/02/2016 03:46

En un primer momento, el juez aplazó la sesión durante 15 minutos, si bien Samaha fue finalmente trasladado a un hospital después de que los sanitarios de la Cruz Roja determinaran que su estado era más grave de lo estimado en un primer momento.

El abogado del exministro, Sajer al Hashem, ha rechazado firmemente que Samaha estuviera fingiendo un problema de salud para evitar el juicio. "Mi cliente no escapa del juicio", ha recalcado, según ha informado el diario local 'An Nahar'.

Samaha fue condenado en mayo de 2015 a cuatro años y medio de cárcel por "intentar ejecutar acciones terroristas" y "pertenecer a un grupo armado". Un juez dictó en enero su libertad bajo fianza.

Samaha fue liberado tras el pago de 150 millones de libras libanesas (alrededor de 91,5 millones de euros) y a condición de que no viaje al extranjero ni dé declaraciones a la prensa.

El exministro fue acusado junto al jefe de los servicios de seguridad sirios, Alí Mamluk y su ayudante, un coronel identificado únicamente como Adnan, por planificar atentados terroristas en el país. En 2014, el juez de instrucción militar Riad Abu Ghaida pidió la pena de muerte para los tres.

LA CONFESIÓN DE SAMAHA

Samaha confesó en abril de 2015 haber transportado explosivos desde Siria con el objetivo de atentado contra políticos y figuras religiosas libanesas, asegurando que fue engañado para hacerlo por un informante de los servicios de Inteligencia.

"Caí en una trampa de los servicios de Inteligencia tendida por Milad Kfuri, quien fue mi amigo desde 1992", dijo, en referencia al informante que desveló la existencia del plan.

Samaha indicó que los planes para llevar a cabo los atentados fueron producto de un diálogo con Kfuri que se extendió durante tres meses, explicando que él estaba encargado de lograr los explosivos según una lista preparada por el agente.

"Llevé la lista a Damasco y se la entregué a Adnan, el director de la oficina de Mamluk. Le conté la operación y le dio el visto bueno. Después hablé del tema con Mamluk, quien en un principio expresó las reservas, pero después aceptó la idea", relató.

El exministro apuntó que Kfuri reclamó 200.000 dólares por llevar a cabo los atentados, pero que los sirios sólo aceptaron pagar 170.000 dólares. "Recibí el dinero en una bolsa en la oficina de Adnan y la puse en el maletero de mi coche junto con los explosivos", añadió.

Así, subrayó que, tras llegar a Beirut, telefoneó a Kfuri para entregarle el dinero y los explosivos en el aparcamiento de su vivienda en el barrio de Ashrafiyeh.

Samaha, quien reconoció que lo que hizo fue un "error", arguyó que "estaba irritado por la incitación al sectarismo, por los insultos contra el Ejército y por el hecho de que nadie en el Estado hiciera nada contra los implicados en estos actos", en referencia al parlamentario Jaled Daher, quien era el objetivo de uno de los atentados.

"Tenía una mentalidad, y cuando (Kfuri) vino a envenenar mi mente lo consiguió. No me perdono", dijo Samaha, quien resaltó que el exdirector de los servicios de seguridad Jamil al Sayyed, que le acompañó en el viaje de Damasco a Beirut, no tenía conocimiento de la presencia de explosivos en el vehículo.

NEGÓ QUE AL ASSAD ESTUVIERA AL TANTO DEL PLAN

Por otra parte, el exministro libanés aseguró que el presidente de Siria, Bashar al Assad, tampoco estaba al tanto de los planes para ejecutar atentados en Líbano.

Samaha defendió abiertamente al presidente sirio durante los 17 meses transcurridos desde el inicio de las protestas sirias hasta su detención, retratando a los opositores del Gobierno sirio como terroristas.

En respuesta a la acusación contra Samaha y Mamluk, Damasco emitió orden de captura contra el exprimer ministro libanés Saad Hariri, el parlamentario del Movimiento Al Mustaqbal Oqab Saqr y el opositor sirio Luay al Meqdad, a los que acusó de "armar y financiar a grupos terroristas en Siria".

En 2007, la Casa Blanca incluyó a Samaha en una lista de las figuras libanesas y sirias sospechosas de trabajar para socavar la estabilidad del Líbano y el Gobierno libanés y en 2012 le incluyó en su lista de terroristas globales.