La policia ha precintado la casa en la que estaban secuestrados los cuatro hombres. Llevaban aquí semanas, uno de ellos incluso años. Discapacitados físicos y posiblemente vagabundos. Les trajeron engañados, les ofrecian alojamiento, cigarrillos y comida, a cambio de sus cheques de ayuda social. Pero la realidad con la que se encontraron fue distinta. Comian sobras, dormian en el suelo de un garaje y no podian usar los baños. Los vecinos están desconcertados. Nunca habian visto nada extraño en la vivienda. Mientras la policia investiga el caso y busca los culpables, el temor entre los vecinos crece. Durante años han convivido con el horror que se escondia tras una puerta aparentemente normal.